QUÉ ES LA BRONQUIOLITIS?

Se trata de una infección respiratoria por virus que se da en niños menores de dos años y que afecta a los bronquios pequeños de los pulmones. El virus más frecuentemente implicado es el Virus Respiratoria Sincintial (VRS), que se presenta en forma de epidemia entre octubre y marzo, aunque otros virus también pueden estar implicados (Influenza, Adenovirus, etc.)

¿HAY NIÑOS MÁS PROCLIVES QUE OTROS A PADECER BRONQUIOLITIS?

Hay factores de riesgo que hacen que una bronquiolitis pueda ser más grave y precisar tratamiento en el hospital. La edad es muy importante. Los lactantes menores de tres meses y los que nacieron prematuros, así como los bebés con problemas de corazón o de pulmón o los que tienen déficits inmunológicos (alteración en las defensas frente a las infecciones), pueden tener una bronquiolitis grave o que evolucione peor. Los niños alimentados al pecho durante cuatro meses o más, suelen tener bronquiolitis más leves.

El primer año puede quedar el bronquio un poco inflamado y si tienen antecedentes familiares de alergia o asma pueden tener cuadros recurrentes esos primeros dos años, pero no pasa en todos los niños. Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), casi un 75% de los niños la contrae el primer año y con dos, casi el 100% ha estado expuesto. Sólo algunos de los niños que se contagian por este virus desarrollan una bronquiolitis, y en la mayoría son casos leves que remiten al cabo de unos 10 días. Sin embargo, en otros casos se puede complicar y requerir un ingreso hospitalario. De hecho, es uno de los factores más determinantes en el incremento de los ingresos durante los meses de invierno, con unas 14.000 hospitalizaciones cada año.

ENTRE LOS NIÑOS MÁS PEQUEÑOS LA BRONQUIOLITIS ES MUY FRECUENTE, ¿REALMENTE A CUÁNTOS NIÑOS AFECTA?

Es la causa más frecuente de ingreso en menores de 14 años. Durante la epidemia entre octubre de 2014 y marzo de 2015 fueron más de 300.000 el número de consultas por bronquiolitis aguda en Urgencias de Pediatría del Estado. Son pacientes que generan mucha consulta en los centros de salud y Urgencias, pero pocos los que ingresan. Pese a todo, es importante por su presión asistencial.

¿HASTA QUÉ EDAD SE PUEDE PADECER LA BRONQUIOLITIS?

Como tal, hasta los dos años. El virus que provoca la bronquiolitis puede afectar a otra franja de edad, pero no genera bronquiolitis. Niños mayores o adultos podemos tener un catarro y el virus y pasarlo al niño pequeño que sí lo desarrollaría. En los adultos pasa como un cuadro catarral común.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE?

Los primeros días de la infección, los síntomas son muy parecidos a los de un resfriado común, como mocos, tos, febrícula… En algunos niños, el virus VRS se queda ahí, sobre todo entre los mayores. Sin embargo, si evoluciona hacia una bronquiolitis, al cabo de uno o dos días, los bronquios se inflaman dificultando el paso del aire y los síntomas empeoran:

  • Ruidos o “pitos” en el pecho
  • Respiración rápida
  • Frecuencia cardíaca acelerada
  • Retracciones: es decir, hundimiento del cuello y del tórax en cada respiración
  • Ensanchamiento de las fosas nasales
  • Irritabilidad y signos de fatiga y adormecimiento
  • Falta de apetito
  • Vómitos después de episodios de tos
  • Apneas, sobre todo en el caso de bebés prematuros
  • Fatiga
  • Piel azulada: sobre todo la de las uñas y los labios

Deshidratación: causada por el esfuerzo respiratorio, los vómitos y la posible reducida ingesta de alimentos. Si el niño tiene dificultades para respirar, habrá que acudir al pediatra cuanto antes para que prescriba el tratamiento adecuado, que consistirá básicamente en antipiréticos y/o antinflamatorios, lavados nasales frecuentes y broncodilatadores, aunque no funcionan en todos los casos. Al no tratarse de una infección bacteriana, no se prescriben antibióticos. Además, está completamente desaconsejado administrar antitusivos y mucolíticos.

En casos graves, sobre todo si hay grandes dificultades para respirar, neumonía o deshidratación, se aconseja el ingreso hospitalario.

Aunque lo normal es que los síntomas de la bronquiolitis desaparezcan al cabo de 7-12 días, hay casos en los que pueden durar hasta un mes. Además, es probable que, después de sufrir una bronquiolitis, los niños estén más predispuestos durante un tiempo a padecer insuficiencia respiratoria cuando cojan un resfriado.

SE PUEDE PREVENIR?

El responsable de entre el 60-90% de los casos bronquilitis es el VRS -virus respiratorio sincitial- un virus muy contagioso que se transmite de persona a persona como lo hace el catarro, a través de las gotitas en el aire cuando alguien tose, estornuda o habla y el patógeno entra en contacto con la nariz o la boca. También se puede contraer al tocar a través de objetos. Por tanto, las medidas higiénicas para prevenirla son:

  • Lavarse las manos a menudo, sobre todo si se ha estado en contacto con alguien enfermo y antes de tocar a su hijo para cambiarlo, bañarlo, alimentarlo, etc. o alguno de los objetos que utiliza.
  • No exponer al niño a personas enfermas o acatarradas.
  • Evitar los lugares concurridos y cerrados, sobre todo las guarderías. Aunque en muchos casos es difícil, se recomienda evitar llevar a los niños menores de 12 meses -y sobre todo de seis meses- a la escuela infantil. Esto es especialmente importante en caso de niños que nacieron prematuros, que tienen problemas de corazón o respiratorios o algún problema de inmunodeficiencia, pues son más vulnerables a contraer el virus y a que este cause complicaciones.
  • Lavar a menudo los objetos que están en contacto con el niño y que se suele llevar a la boca, como juguetes.
  • No fumar en casa ni exponer al niño al humo del tabaco.
  • Optar por la lactancia materna. Al menos seis meses y todo el tiempo que la madre y el niño quieran. La OMS recomienda dos años, pues está demostrado que los bebés alimentados con leche materna están más protegidos contra la bronquiolitis y las complicaciones derivadas de esta.

De momento, no existe ninguna vacuna que pueda prevenir la bronquiolitis, aunque se está desarrollando.

EXISTE TRATAMIENTO?

No hay ninguna medicina eficaz para combatir al Virus Respiratorio Sincitial. Los antibióticos que se usan para tratar las infecciones bacterianas no son eficaces para las infecciones causadas por virus, como la bronquiolitis.

Sin embargo, hay que recordar que la mayor parte de los casos son leves y autolimitados.

Hay medidas de soporte y cuidados generales que podemos realizar en casa y han demostrado ser muy útiles para aliviar los síntomas que se producen en la mayoría de los casos de bronquiolitis. También la supervisión clínica repetida por su pediatra ha demostrado ser útil, especialmente en las primeras 48-72 horas. Por ello es importante que los padres tengan una información adecuada:

Si tiene fiebre, dar un antitérmico como Paracetamol o Ibuprofeno (éste sólo si es mayor de 3 meses) y medidas físicas para bajarla.

Ofrecerle líquidos (agua o leche) de forma regular y en pequeñas tomas, para mantener una buena hidratación.

Hacer lavados nasales con suero fisiológico o soluciones “salinas” y aspirar las secreciones le ayudarán a mantener despejada la nariz. Si además elevamos la cabecera de la cuna y colocamos al bebé un poco incorporado y boca arriba (decúbito supino), podrá respirar mejor.

Es posible que el niño coma más lentamente que de costumbre y tolere peor los alimentos. En estos casos, es mejor ofrecerle cantidades más pequeñas y frecuentes de líquidos y alimentos blandos para evitar que se fatigue o se deshidrate.

Es importante evitar cualquier exposición al humo del tabaco. No fumar en casa.

El uso de broncodilatadores no ha demostrado que mejore la evolución. Tampoco el uso de corticoides (ni inhalados ni por vía sistémica). Sólo en aquellos casos con antecedentes familiares o personales de atopia, el pediatra puede realizar una prueba con beta-2 agonistas inhalados, medicinas que sirven para abrir las vías respiratorias. Esto parece ayudar a algunos niños, pero no siempre ocurre así.

Hay que tener en cuenta que los jarabes para la tos y los mucolíticos no son útiles y pueden ser perjudiciales.

En los demás casos, si hay dificultad respiratoria importante o signos de deshidratación, los niños deberán  ser tratados en el Hospital.

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