EL SUEÑO INFANTIL (I) – Tu hijo se despierta por la noche: es normal

Tu hijo se despierta por la noche: es normal

QUE PASA CON EL SUEÑO INFANTIL

Los niños tienen un patrón de sueño diferente al de los adultos. Todos se despertarán en 3-4 ocasiones, por lo menos hasta los 6 meses, ya que necesitan comer. Después de esta edad van a ir cambiando las rutinas nocturnas, hasta llegar a dormir de un tirón algunas noches. De todas formas, pensar que hasta los 5-6 años los niños no comienzan a dormir como un adulto. Esto quiere decir que, durante estos primeros años, vuestro hijo se desertará por diferentes motivos y no podrá dormirse solo, por lo que reclamará vuestra presencia

Todos, niños y adultos, tenemos microdespertares a lo largo de la noche, pero los adultos APRENDEMOS a volver a dormirnos solos al momento. A los niños, a veces, les cuesta, y es cuando lloran o nos llaman.

  • EDAD
  • TIEMPO DE SUEÑO
  • De 4 a 12 meses
  • de 12 a 16 horas (incluyendo las siestas)
  • De 1 a 2 años,
  • de 11 a 14 horas (incluyendo las siestas)
  • De 3 a 5 años,
  • de 10 a 13 horas (incluyendo las siestas)
  • De 6 a 12 años
  • de 9 y 12 horas
  • De 13 a 18 años
  • de 8 a 10 horas

Además, hay que tener en cuenta que los ciclos de sueño de los bebés son diferentes de los adultos. Ellos tienen solo dos fases de sueño, sueño REM y sueño No REM y cada fase dura unos 90 minutos. Durante el sueño REM pueden despertar con facilidad, por eso hay bebés que se despiertan con cualquier movimiento o ruido. A medida que crecen, sus fases de su sueño van evolucionando y aparecen dos más, por lo que su sueño se parece más al de un adulto y pueden dormir más horas seguidas.

Otras causas de despertares son la ansiedad por la separación que surge a los 8 meses, la fase del pequeño adolescente a los 2 años, hiperexcitación antes de irse a la cama, miedo, dolor y enfermedad o cansancio excesivo.

Esta es una fase normal por la que pasan todos los niños y ante la que lo único que se puede hacer es tener paciencia. No obstante, también es FUNDAMENTAL crear en el niño unos buenos hábitos de sueño que le ayuden a aprender a dormirse, para que así la mayoría de las veces que se despierte no necesite vuestra presencia.

POR QUÉ SE DESPIERTA UN NIÑO POR LA NOCHE

Como veis, los despertares nocturnos son frecuentes en el niño. Pero cuándo esos despertares se convierten en un problema, casi siempre es porque no se ha establecido una buena rutina del sueño.

Para que un niño adquiera un buen hábito de sueño necesita una rutina: por ejemplo, baño, cena, dientes, cuentos, cuna y dormir. En esa rutina la clave es lo que hace en el momento de quedarse dormido. Es normal que un niño de un año tenga unos 4-5 despertares por la noche, pero suelen ser superficiales, y muchas veces se vuelve a dormir enseguida. Pero si en el momento de quedarse dormido al principio de la noche, lo hace mientras está al brazo, o moviéndolo en el carrito, o viendo la TV, puede que necesite recrear ese momento de transición al sueño para volverse a dormirse.

¿Y SI SE DESPIERTA Y PIDE EL PECHO?

Muchos bebés acostumbran a quedarse dormidos durante la toma del final del día. Cuando el niño se despierta por la noche, tiene que repetir ese ritual para volverse a quedar dormido, porque no sabe hacerlo de otra manera. Y otras veces simplemente necesita el contacto materno para dormirse. Y Eso No es malo o bueno. De lo que se trata es de si los padres lo aceptan y de si consigue dormir medianamente bien.

Con lactancia materna exclusiva, HASTA LOS 6 MESES NO HAY QUE HACER NADA. El bebé toma cuando quiere, de día, de noche, y no hay problema en que se quede dormido al pecho.

ANTES DE LOS 10-12 MESES DE EDAD TAMPOCO SE DEBE DE HACER NADA en general. No suele ser necesario. Pero esto depende mucho de cómo es la familia, el niño, las circunstancias, y dado que este es un tema muy personal de la madre (y el padre), hay que valorar en cada caso cuando hacer o no hacer algo.

Para cambiar estos hábitos del sueño, se pueden hacer algunas cosas:

  • Separar comer de dormir. Intentar que no se quede dormido tomando el pecho. Sí es necesario adelantar un poco la hora de la cena.
  • Enséñale a dormirse por sí mismo (que no es lo mismo que dormirse solo).
  • Si se despierte por la noche y «pide» hay dos opciones (y a cada niño le puede funcionar mejor una que otra). Una es darle un poco el pecho, pero manteniéndolo despierto, y luego enseñarle a dormir solo. La otra opción es directamente intentar enseñarle esa rutina para dormirse solo.

A QUE EDAD PUEDE UN BEBE TOMAR CHOCOLATE?

Para muchos el chocolate nos debiera estar prohibido. A los niños les pasará lo mismo: Una vez que lo prueban en líneas generales, lo pedirán casi a diario, pero, ¿a partir de qué momento se le puede dar chocolate?

Entre los 12-14 meses, los bebés pueden empezar a probar el chocolate, pero con moderación. Se considera un alimento alérgeno y con un alto contenido en grasas y azúcares, que puede crearle alergias o complicaciones en su salud si lo toman cuando aún son muy pequeños. También contiene vitaminas, potasio, magnesio, calcio y hierro, que pueden resultar muy beneficiosos para el organismo. El chocolate puede formar parte de una dieta variada y equilibrada del niño.

El chocolate es muy energético y contiene, especialmente el chocolate con leche y el blanco, azúcares y materias grasas necesarias para el organismo, pero solo si son tomadas en su justa medida. El chocolate puede ser un ingrediente perfecto para los niños consumido por la mañana a la hora del desayuno o en la merienda, ya que se trata de un alimento muy energético y calórico, pero no conviene mezclarlo o añadirlo a una comida principal ni excederse de los 50 g diarios.

Respecto a su contenido en grasa, el chocolate blanco es más graso que los negros y los que contienen frutos secos. El chocolate puede resultar “adictivo” para los niños, por lo que su consumo debe ser controlado y sin abusar. Incluso, muchas veces, estos chocolates contienen más azúcar y cafeína que cacao, por lo que puede provocar que tu bebé interrumpa o altere su horario de sueño.

Su consumo favorece el incremento de la feniletilamina a nivel cerebral, un neurotransmisor responsable de la sensación de bienestar, por eso se dice que el chocolate proporciona relajación y felicidad.

El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja incluso a las madres que están amamantando evitar el consumo excesivo de chocolate, al igual que el de café, té y bebidas gaseosas. En todo caso, consumirlos justo después de la toma del pecho, ya que podría llegar al bebé a través de la leche y causarle irritabilidad o falta de sueño.

Cómo dar chocolate al niño

Si es la primera vez, la mejor manera es el chocolate en polvo. El chocolate en polvo es una preparación azucarada muy fácil de digerir, especialmente diseñada para bebés. No contiene ingredientes grasos como los que pueden contener los chocolates en tableta, que son demasiado elevados. A partir de los 15 meses los bebés empiezan a rechazar algunos alimentos y es más complicado que tome la leche sola si no le gusta demasiado el sabor, sobre todo la leche de fórmula; en este caso, se puede añadir el cacao en polvo a la leche para darle un mejor sabor, al principio siempre en menores cantidades, para poder añadir más o menos en el futuro, dependiendo de su reacción.

En el caso de las tabletas u otro tipo de chocolates, mejor no ofrecérselo hasta que pasen los dos años debido a su alto contenido graso, lo que dificulta su digestión.

A partir de los dos años se puede empezar a dar mousses o trocitos de frutas bañadas en chocolate fundido. Es algo que a los niños les encantará y se estará potenciando la toma de fruta. A partir de los tres años podrá tomar postres y tartas, pero siempre con moderación.

Y ESTE INVIERNO NO OLVIDEMOS EL COVID Y EL VRS

Por fin, parece ser que vamos a tener un invierno “normal” para nuestros hijos. Vuelven a acompañarnos las fiebres, toses, mocos, diarreas, etc. hasta el verano, así que como veis volvemos a la “normalidad”. Pero hemos de admitir que esta normalidad no es tal.

Todos los años los pediatras podíamos conocer aproximadamente el calendario de virus invernales, pero tras la epidemia de COVID, todo esto se ha alterado notablemente y ahora vamos de sorpresa en sorpresa

Por ejemplo, la gripe o el virus respiratorio sincitial (VRS) se han adelantado. El VRS suele darse en noviembre-diciembre, previo a la epidemia de la gripe (que suele alcanzar su máximo en diciembre-enero, pero este año están circulando todos los virus a la vez, hay casos de VRS y muchísimos casos de gripe A, así como bastantes cuadros gastrointestinales y muchos cuadros de vómitos.

Según el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda del Instituto de Salud Carlos III y la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, correspondiente a la semana 39 (del 26 de septiembre al 2 de octubre), persistía el aumento en la incidencia de gripe en Atención Primaria, principalmente en menores de 15 años, y había aumentado la circulación de VRS. Y no sabemos lo que va a pasar: Puede que este adelantamiento, también acabe pronto o, todo lo contrario, que se alargue más.

La impresión general es que nos vamos a encontrar con más procesos respiratorios que otros años, los cuales no tienen por qué ser más graves.

Hay que tener en cuenta que este año se han relajado las medidas de protección, -hemos quitado la mascarilla- y tanto niños como adultos no hemos estado expuestos a otros virus, por lo que no existe la inmunidad de grupo que puedan generar.

LOS BEBES SON LOS MÁS EXPUESTOS A ESTAS INFECCIONES

Los bebés y los más pequeños, muchos de ellos, no han estado nunca en contacto con ninguno de estos virus: ni expuestos, ni han recibido anticuerpos a través de la leche materna. Eso unido a que su sistema inmunitario es más inmaduro, lleva a esa explosión vírica que tenemos este año.

¿Y QUÉ PASA CON EL COVID?

La Agencia Europea del Medicamento (EMA en sus siglas en inglés) confirma lo que los expertos llevan días alertando: la aparición de una nueva ola de contagios “en las próximas semanas” debido a las nuevas subvariantes del virus, BQ1, BQ2 Y BA.5

la subvariante BQ1 fue detectada la semana pasada en al menos cinco países de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo, se convertirá en la variante dominante entre mediados de noviembre y principios de diciembre.

En este momento no Se sabe si la BQ1 será más transmisible o causará una enfermedad más grave, pero lo que ya se sabe es que tiene una habilidad mayor de escapar de la inmunidad que ofrece la vacunación, incluida la infección natural con ómicron.

Y EL VRS?

El VRS es un virus respiratorio que provoca síntomas similares al Covid y la gripe (estornudos, tos, dolor de garganta, fiebre), pero que en los niños pequeños (menores de dos años) produce la temida bronquiolitis, una infección respiratoria en la que se obstruyen las vías bronquiales pequeñas. Cuanto más pequeño es un niño, más grave puede ser la evolución de la enfermedad (por ejemplo, los menores de 3 meses).

Afecta más gravemente a los niños y a las personas mayores. En la pandemia se han hecho muchas PCR a adultos, sobre todo personas mayores, que tenían neumonías o problemas respiratorios moderados a graves, con disnea, y eran positivos al VRS. Por lo tanto, hay que tenerlo en cuenta a la hora de que, en plena época de VRS, se relacionen los niños con sus abuelos y otras personas con factores de riesgo. Por eso la importancia de la mascarilla, que se nos está olvidando a todos