QUE VIENEN LOS CÓLICOS. ¡SOCORRO!

LOS CÓLICOS:  TODA LA TRIBU QUE TE RODEA SABE LO QUE HAY QUE HACER?: PUES NI CASO

Tu bebé llora todas las tardes durante varias horas seguidas, y sus llantos te agotan hasta el punto de tener ganas de unirte a él . ¿Qué puede estar alterando a su hijo?

Todos los recién nacidos lloran y se ponen inquietos a veces. Durante sus tres primeros meses de vida, los bebés lloran más que en ningún otro momento. Pero, cuando un bebé, que por lo demás está sano, tiene varios períodos a la semana de inquietud, llanto agudo y dificultad para que lo tranquilicen, es un signo de una afección conocida como «cólico del lactante».

Todo el mundo sabe sobre cólicos y todos tienen  la solución milagrosa para solucionarlos, sin embargo… ¡oh sorpresa!, la gente sigue abarrotando las consultas de pediatría con este problema porque el niño sigue llorando.

Lo decimos mucho en la consulta: si existiese el jarabe universal para que un bebé no llorase tanto, yo lo conocería, tú lo conocerías y todos lo usaríamos. Desgraciadamente, no existe.

Se trata del problema número uno en bebés de menos de 3 meses, y el que genera mayor ansiedad a las familias.

PERO… ¿QUÉ SON EXACTAMENTE LOS CÓLICOS?

En la consulta vemos con frecuencia que las familias interpretan como “cólicos” situaciones que no lo son. El hecho de que un bebé gruña o se mueva constantemente por las noches no son cólicos. Que esté incómodo y se calme después de “tirarse muchos pedos” tampoco son cólicos…

Un bebé con cólico del lactante es cuando tiene crisis de llanto inconsolable de forma frecuente en los tres primeros meses de vida sin identificar su causa

Para realizar el diagnóstico de cólicos es necesario hacer una recogida de datos muy exhaustiva. Es necesario descartar otros problemas potencialmente tratables que no son cólicos, pero que pueden producir llanto en los bebés. Otros diagnósticos posibles en bebés que acuden inicialmente por “cólicos”:

Según la clasificación internacional de enfermedades (CIE-10), se trata de episodios recurrentes de irritabilidad o llanto. Tienen que ocurrir (¡ojo al dato!) durante más de 3 horas al día con una frecuencia de más de 3 días por semana durante más de 3 semanas. La típica edad de inicio es entre el mes y medio y los dos meses de vida, y se resuelven alrededor de los 4 meses de edad. Afectan a un 5 y 20% de los bebés.

¿CUÁL ES LA CAUSA?

No está nada claro, aunque cada vez hay más y más estudios dirigidos a encontrar el origen del problema. La mayor parte de las investigaciones van dirigidas a identificar alteraciones en la flora intestinal que puedan condicionar esos episodios de llanto.

Existe también un campo de investigación interesante que propone que los cólicos pueden ser síntoma de una migraña precoz (aquí y aquí). Se ha visto que los niños con cólicos son más propensos a desarrollar migraña más adelante.

DIME QUE EXISTE UN TRATAMIENTO… POR FAVOR.

Pues no existe como tal. Por eso los tratamientos no funcionan… del todo. Es sencillo. Porque si metemos en el mismo saco a todos los bebés que lloran de forma inconsolable, es imposible que haya un solo remedio que resuelva todas las causas.  

no un remedio, hay remedios. Porque hay diferentes causas de llanto en el bebé. Cuando identificamos esas causas y las tratamos, el llanto del bebé puede resolverse. Estas causas son problemas en la adaptación inicial del bebé en sus primeros meses de vida.

Si hemos dicho que un campo de investigación son las alteraciones en la flora intestinal, tenemos que hablar de probióticos. Se ha escrito mucho sobre el papel de los probióticos como tratamiento de los cólicos del lactante. Los resultados de los estudios, por el momento, no son concluyentes. Hay estudios bien realizados que prueban su eficacia (en niños alimentados con pecho y niños con fórmula) frente a un placebo aquíaquí y aquí.

Eso sí, no todos los probióticos sirven. La mayor parte de los estudios están realizados con Lactobacillus Reuteri DSM 179838. La forma de administración también influye en el resultado. Vemos familias que lo administran dentro del biberón (no debe hacerse) y otras que se lo dan al niño solo cuando tiene el cólico (tampoco debe hacerse así). El objetivo del tratamiento con probióticos sería modificar la flora intestinal progresivamente, tratando de introducir una flora más “proclive” a no generar problemas de cólicos.

Aunque como decimos, también hay otros estudios en los que no queda claro que los probióticos sirvan de algo.

¿Y qué hay de las terapias manuales? La osteopatía también parece haber demostrado cierto beneficio aunque con las limitaciones propias de una terapia que no se puede comparar con placebo, y en la que tampoco se puede realizar estudios doble ciego (es decir, los padres y los profesionales saben si el niño está recibiendo el tratamiento o no, por lo que existe un sesgo).

¿ENTONCES QUÉ HAGO?

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EN QUÉ SITUACIONES LOS NIÑOS PUEDEN IR A LA ESCUELA INFANTIL

Un tipo de consulta muy frecuente que nos plantean las familias es si los niños pueden ir a la guardería o escuela infantil cuando tienen un proceso infeccioso.

Por regla general, en los procesos que cursan con fiebre recomendamos que los niños que se queden en casa al menos hasta que desaparece la fiebre. Ya no por los contagios, sino por el propio niño. Es necesario que repose, descanse, para poder recuperarse adecuadamente de una manera más rápida. Además, no es recomendable que le coja un pico de fiebre mientras está en la escuela infantil, ¡se pasa muy mal!

Otras veces, vemos que se excluye a los niños de acudir a la escuela infantil por criterios poco científicos. Ejemplos que vemos: si tienen molluscum contagioso, o en la enfermedad mano-pie boca. Son dos ejemplos de procesos que no son motivo de exclusión. Entre otros ejemplos que no son motivo de exclusión figuran los siguientes:

  • Otitis media.
  • Lombrices.
  • Conjuntivitis no purulenta (ojo rojo sin secreciones).
  • Manchas en la piel sin fiebre.
  • Infección por citomegalovirus. Pero se debe insistir en la higiene de las manos después de cambiar los pañales, sobre todo en embarazadas no inmunes, por el riesgo del feto.
  • Estado de portador de hepatitis B.
  • Niños con enfermedad infecciosa respiratoria leve o de probable etiología vírica (salvo si cumplen algunos de los criterios de exclusión), pues su transmisión se inicia algunos días antes de los síntomas. La excepción sería el virus respiratorio sincitial (VRS).
  • Verrugas vulgares.
  • Molluscum contagioso.
  • Megaloeritema infeccioso (quinta enfermedad): Las lesiones en la piel son una reacción inmune que ponen de manifiesto la enfermedad, cuando ya ha pasado su periodo de contagiosidad. Causada por el parvovirus B19, que es un virus que contagia al 50% de los convivientes del niño y que suele dar síntomas sutiles, las complicaciones las pueden tener la mujer embarazada o personas con problemas hematológicos.
  • Exantema súbito: Infección por herpes 6. Cuando aparece el exantema, se considera que es el final de la enfermedad y el fin del periodo de contagiosidad.
  • Enfermedad boca-mano-pie y herpangina: Causadas por virus coxsackie, que son muy prevalentes entre la población (casi tanto como los que originan los catarros). Cuando aparecen las lesiones, ya ha pasado el periodo contagioso. Atención porque son virus que permanecen en los objetos inanimados (juguetes, etc) durante tiempo. 
  • Tiña, si se localiza en zonas cubiertas.
  • Catarro si el niño no tiene fiebre ni dificultad respiratoria.

Y EN CUÁLES DEBE DE EXCLUIRSE DE LA ESCUELA SI TIENE UNA ENFERMEDAD INFECCIOSA

  • Sarampión: Contagia desde 3-5 días antes de la aparición del exantema hasta 5 días después. Afortunadamente, salvo en situación de brote, es una infección poco habitual.
  • Rubeola: Contagia desde 3-7 días antes de la aparición del exantema hasta 7 días después de su aparición. También es una infección poco frecuente ya que al igual que el sarampión es prevenible mediante vacunación (triple vírica).
  • Varicela: Presenta una máxima contagiosidad 1-2 días antes de la aparición de las lesiones en la piel y contagia hasta 6-7 días tras la aparición. Se considera que cuando todas las lesiones son costrosas, ya no hay contagio. 
  • Escarlatina: Es una amigdalitis estreptocócica. Mucho menos contagioso que otros agentes infecciosos. Tras 24h de tratamiento es posible la reincorporación escolar.
  • Impétigo: Muy contagioso antes de iniciarse el tratamiento y hasta 24h tras comenzarlo. 
  • Sarna: Deben excluirse de la escuela hasta acabada la primera fase del tratamiento.
  • Tiña: No precisa exclusión de la escuela si se comienza el tratamiento. Sí que se recomienda exclusión de las piscinas.
  • Tos ferina: Exclusión hasta 5 días después de comenzado el tratamiento antibiótico.
  • Diarreas/gastroenteritis: Son diversos los agentes que pueden causar gastroenteritis, pero en general lo ideal es mantener a los bebés no continentes (que llevan pañal) sin escolarizar hasta que las deposiciones se hayan normalizado. La contagiosidad está muy relacionada con la higiene de manos y el control de los residuos, de forma que hay que individualizar…  Para ir a la piscina es aconsejable que haga 2 semanas que finalizaron las diarreas. 
  • Conjuntivitis: Cuando son víricas (por ejemplo, por adenovirus), son muy contagiosas y precisan exclusión unos cuantos días. En la mayoría de los casos, serán bacterianas y es posible la reincorporación tras 24h de comenzado el tratamiento antibiótico. 
  • Estomatitis herpética: Exclusión hasta el momento en el que las lesiones son costras (como la varicela). 
  • Paperas (parotiditis): Contagia desde 1-2 días antes del comienzo de la tumefacción glandular hasta 9 días después. Debe excluirse de la escuela este tiempo. 
  • Gripe: Contagia desde 1 día antes de aparecer los síntomas hasta que desaparecen (calculad una semana).
  • Anginas/faringitis estreptocócica: Al igual que ocurre con la escarlatina, la exclusión solo es necesaria durante las primeras 24h de antibioterapia.
  • Mononucleosis infecciosa: Es una enfermedad que contagia durante largo tiempo, desde las 4-7 semanas de incubación, pasando por las 2-4 semanas de la fase aguda. Sin embargo, es un virus que puede incluso eliminarse durante 18 meses, de forma que la exclusión no está muy justificada una vez se han superado los síntomas agudos. Como es una enfermedad que se transmite a través de la saliva, cabe extremar las normas de higiene basadas en el mecanismo de transmisión.

MIEL Y CEBOLLA: SIRVEN PARA LA TOS?

Estamos en plena época de catarros, gripes y resfriados, y cada uno se alivia como puede. Nadie nos va a evitar el malestar durante varios días y no hay soluciones milagrosas ni siquiera en la farmacia. Por eso, los remedios caseros, con mayor o menor acierto, siguen siendo una referencia.

La cebolla tiene propiedades antisépticas. Las propiedades antisépticas y mucolíticas de los componentes azufrados, junto con la acción antiinflamatoria de la quercitina, la hacen eficaz frente a problemas respiratorios como resfriados, bronquitis y asma. 

Entre los más populares está la cebolla en diferentes preparaciones (¡ojo, sin Thermomix¡).  Hay quien recomienda partirla en dos mitades o cortarla en trozos finos y dejarla en un plato en la mesita de noche. Algunos le añaden azúcar y agua. Otros apuestan por hervirla y respirar sus vapores. También hay quien dice que lo mejor es mezclarla con miel, ajo o limón.

La idea es que los vapores de la cebolla actúan como un analgésico natural, que puede calmar la irritación e hidratar las mucosas, además de aliviar la tos. En definitiva, muchas personas consideran que oler cebolla les hace respirar mejor.

En Internet se ha popularizado una historia según la cual una familia de agricultores de Estados Unidos se habría salvado de la virulenta gripe de 1918, que se conoció como «gripe española» y acabó con la vida de 40 millones de personas en todo el mundo, gracias a las cebollas.

Sin embargo, no es cierto que este alimento tenga ningún efecto antibiótico y, aunque así fuera, la gripe y el resfriado están causados por virus, no por bacterias. Del mismo modo, tampoco tienen un efecto antiviral.

Entonces, ¿por qué a muchas personas les funciona? Según Marián García, hay razones que explican esa percepción personal. La principal es que la tos acaba desapareciendo en un periodo de tiempo relativamente corto, así que nos puede parecer que ha sido gracias a la cebolla o a cualquier otro remedio aunque no sea de esta manera. Además, puede tener un efecto placebo, al igual que otras ocurrencias que en realidad ni benefician ni perjudican.

Sin embargo, existe un remedio casero, del cual existe alguna evidencia científica de que sí funciona: LA MIEL. Las conclusiones a las que llega la revisión de los artículos existentes es el siguiente:

Se encontró que administrar miel durante un máximo de tres días es probablemente más eficaz para aliviar los síntomas de la tos en comparación con el placebo o el salbutamol. 

Cuando se administra durante un día, la miel probablemente sea más eficaz para reducir la frecuencia de la tos, la gravedad de la tos y el impacto de la tos en el sueño tanto para los niños como para los padres que ningún tratamiento. 

La miel también puede resolver la tos molesta en mayor medida que ningún tratamiento. 

La miel probablemente reduce la frecuencia de la tos de manera más efectiva que el placebo.

 La miel probablemente también reduce la gravedad de la tos, resuelve la tos molesta y mejora la calidad del sueño tanto para los niños como para sus padres en mayor medida que el placebo. También es probable que su efecto sobre la frecuencia de la tos, la gravedad de la tos y la calidad del sueño de los niños y sus padres sea mejor que con la difenhidramina, un remedio para la tos de venta libre. Su efecto puede ser comparable cualquier jarabe contra la tos para reducir la frecuencia de la tos, la gravedad de la tos y el impacto de la tos en la calidad del sueño de los niños y sus padres. 

Uno de los estudios incluidos evaluó el efecto de la miel sobre la duración de la tos; la evidencia disponible sugiere que la miel reduce la duración de la tos en mayor medida que el placebo o el salbutamol. No hubo diferencia en la aparición de eventos adversos no graves entre la miel y los distintos grupos de control. 

Pero cuidado: estos hallazgos provienen de seis estudios pequeños, dos de los cuales tenían un alto riesgo de sesgo de realización y detección con evidencia de certeza moderada a baja, y pueden no ser generalizables.

OJO: La miel es poco recomendable en niños menores de un año. Tampoco es recomendable su administración diaria de manera continua (por su contenido en azúcar).

https://www.cochrane.org/es/CD007094/ARI_miel-para-la-tos-aguda-en-ninos

SI NO HACE CACA, ESTIMÚLALO CON EL TERMÓMETRO

Otro de los problemas clásicos: las cacas del niño. Las deposiciones del niño van a cambiar durante los primeros días, de ser negras pasan a ser amarillo-líquidas en los alimentados con LM a ser más pastosas y en ocasiones de diferentes tonalidades con leche de fórmula.  

Es importante saber que  NO SE HA DE DEFECAR TODOS LOS DÍAS. Casi todos los bebés llegan a estar dos o tres días sin defecar; muchos están cinco o siete días, algunos 10 o 15 días, y los hay que tardan todavía más. Pero la hacen sin esfuerzo ni dolor. Eso no es estreñimiento; es completamente normal, y no hay que hacer nada: no hay que dar al bebé zumo, ni agua, ni hierbas, ni laxantes, ni meterle el termómetro por el culito ni el ramito de perejil ni supositorios. No hay que hacer nada, porque es normal, y ya hará caca solo cuando tenga que hacer.

Estas cacas poco frecuentes solamente aparecen en el bebé con lactancia materna exclusiva. Normalmente basta un poco de leche artificial o de cualquier otro alimento para que el efecto desaparezca: o bien hacen caca con más frecuencia o bien caen en el verdadero estreñimiento, con heces duras y secas. Hasta hace unos años había muy pocos bebés que tomaran lactancia materna exclusiva más de dos meses, algunos médicos y enfermeras todavía no saben que estar varios días sin hacer caca es normal en niños de pecho.

Los bebés tienen que “aprender” a hacer caca. Deben aprender a coordinar la contracción de la musculatura abdominal, junto con la relajación del periné / esfínter anal (este es el motivo por el que en ocasiones se ponen muy rojos al hacer caca, aunque luego las deposiciones sean líquidas).

Este proceso de aprendizaje ocurre a lo largo de los primeros 6-8 meses de vida. Si nosotros estimulamos la zona rectal estamos interfiriendo en este aprendizaje, y el bebé “aprenderá” que para hacer caca tiene que esperar a que se estimule la zona rectal.

Si tu bebé sufre un estreñimiento (deposiciones duras, como bolitas, cada 2-3 días) consúltalo con tu pediatra para poder establecer un tratamiento adecuado, pero intentando que no incluya la estimulación rectal en la medida de lo posible.

 

VACUNA COVID EN NIÑOS.¿DEBEMOS VACUNARLOS?: ACLAREMOS DUDAS

VACUNA COVID EN NIÑOS.¿DEBEMOS VACUNARLOS?: ACLAREMOS DUDAS

 

¿Debemos vacunar a los niños contra el COVID?

En el momento actual el posicionamiento por el que se ha tomado esta decisión es claro. SI debemos de vacunarlos. Las razones fundamentales para esta decisión, tal y como afirma el comité de vacunas son:

  • Contemplar el derecho del niño a su protección individual frente a esta enfermedad que, aunque en general en estas edades es leve, puede complicarse en ocasiones.
  • Conseguir y mantener espacios educativos seguros, que permitan la normalización de la escolarización y las relaciones interpersonales de los niños, con el consiguiente bienestar psicoemocional.
  • Lograr la inmunidad de grupo o de rebaño.
  • Disminuir la circulación del SARS-COV-2 y la aparición de nuevas variantes.
  • No privar a la población infantil del beneficio que aporta la vacunación, del que ya gozan los mayores de 12 años (aunque los objetivos en términos de salud sean diferentes).

Por lo tanto: SI MERECE LA PENA VACUNARLO y es seguro. Pero también es cierto que es menos prioritario, por ejemplo, que otras vacunas no incluidas en nuestro calendario infantil.

Actualmente, lo que sabemos del COVID es que las evidencias científicas obtenidas durante todos estos meses han revelado que los niños se infectan y transmiten la enfermedad en menor grado que los adultos. En los niños, tanto la transmisibilidad de la infección como la posibilidad de infectarse son más bajas en los niños más pequeños que en los adultos y adolescentes, siendo el porcentaje de niños afectados de gravedad por el coronavirus  mucho mayor que en los adultos. Y si hablamos de letalidad el número de fallecimientos extraordinariamente baja.

Preparados vacunales 

La Agencia Europea del Medicamento aprobó la vacuna de Pfizer-BioNTech para el grupo de edad de 5 a 11 años. Este preparado dirigido a la población infantil es también una vacuna de ARN mensajero que codifica la proteína S del virus SARS-CoV-2. La dosis en la fórmula infantil es menor que en la vacuna para el grupo de adolescentes y adultos. Contiene 10 microgramos en lugar de 30.

QUÉ EFECTOS SECUNDARIOS  PRODUCE

Las reacciones adversas más frecuentes identificadas en menores de 5 a 11 años son similares a las registradas en mayores de 12 años, que incluyen dolor, inflamación y enrojecimiento en la zona de la inyección, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular y escalofríos. Estas reacciones suelen ser leves o moderadas y mejoran a los pocos días de la vacunación.

Es una vacuna segura y eficaz, y hay datos que avalan la inmunogenicidad, seguridad y eficacia y que están publicados. Además, más de 3 millones de niños americanos ya están vacunados sin apenas incidencias

¿Y QUÉ PASA CON LA MIOCARDITIS?

La mayoría de los jóvenes menores de 21 años que desarrollaron una supuesta inflamación del músculo cardíaco relacionada con la vacuna COVID-19 conocida como miocarditis tenían síntomas leves que mejoraron rápidamente, según una nueva investigación publicada hoy día 10/12 en la revista insignia Circulation de la American Heart Association. La frecuencia global de estas afecciones es muy rara, es decir de hasta 10 casos por 100.000 personas vacunadas. La mayoría de los casos de sospecha de miocarditis relacionada con la vacuna COVID-19 en personas menores de 21 años son leves y se resuelven rápidamente.

¿Qué pasa con los niños de 5 a 11 años que ya han superado la covid? ¿Recibirán solo una dosis de la vacuna?

Según los datos del Instituto de Salud Carlos III, 219.615 niños y niñas de entre cinco y nueve años se han contagiado de coronavirus en España desde el inicio de la pandemia.. A ellos se suman los 160.068 casos detectados entre la población menor de cinco años y los 688.245 casos detectados entre los de 10 y 19 años.

Los pequeños que hayan pasado la infección antes de recibir la primera dosis, solamente recibirán un pinchazo entre cuatro y ocho semanas después del diagnóstico. En cambio, quienes se contagien después de la primera dosis, sí recibirán la segunda inyección, también entre cuatro y ocho semanas después de la infección y una vez estén completamente recuperados.

¿Y SI NO LOS VACUNAMOS?

La decisión de no vacunar es personal y depende de muchos factores. El beneficio a obtener en el niño sano es pequeño con relación al niño o adulto con factores de riesgo.  LA mayoría de los casos de COVID se producen en este grupo y, en particular los niños con afectación neurológica grave.

Aunque es un escenario posible, la alternativa de no vacunar a  los niños y dejarlos como reservorio para que los adultos recibamos dosis periódicas de recuerdo, originaría consecuencias impredecibles debido a que el virus continuará mutando y evolucionando, generando nuevas variantes que escapen a las vacunas existentes o que pudieran atacar de manera más virulenta a niños y/o adultos. En el caso de que estuvieran vacunados quedarían protegidos. 

Estar vacunado tiene además otros efectos: Acorta cuarentenas, permite relacionarse de forma más segura, etc. En líneas generales mejora la calidad de vida.

Acceso a la nota del Comite de vacunas: https://vacunasaep.org/sites/vacunasaep.org/files/cav-seip-aep_vacunacion-pediatrica-frente-a-covid-19-en-espana_2021-12-09_v.1b_resumen.pdf