A Mi Hijo Le Duele La Cabeza. ¿Cuándo Debo Preocuparme?

La cefalea o dolor de cabeza es un síntoma frecuente en la infancia, siendo motivo de consulta, sobre todo, cuando éste se repite o es persistente.

En la mayoría de las ocasiones, aparece de forma puntual en el curso de cuadros banales, muchos de ellos infecciones típicas de la infancia (otitis, resfriado, gripe, gastroenteritis), o por cansancio, después de un traumatismo leve en la cabeza. Estas cefaleas se consideran agudas, acompañan al proceso principal y suelen desaparecer al resolverse el mismo.

En otras, el dolor de cabeza puede aparecer de forma repetida o persistente, enmarcándose dentro de las recurrentes y crónicas. Un claro ejemplo es la Migraña y la Cefalea Tensional.

Migraña

La Migraña es la más frecuente y más común en la infancia de lo que la gente piensa, pudiendo tener alguna característica diferente a la del adulto.

Suele aparecer entre los 6 a 10 años aunque su frecuencia aumenta con la edad. También están descritos casos en niños más pequeños. Muchas veces uno de los padres u otro familiar cercano también la padecen.

Es típico que curse con episodios que se repiten.  En la mayoría de ocasiones consiste en un fuerte dolor de cabeza que interfiere en la actividad del niño, y que dura entre una y cuatro horas aunque a veces puede alargarse más. Suele estar localizado en la frente y se acompaña con frecuencia de inapetencia, náuseas y vómitos. Mejora habitualmente con reposo y sueño en un sitio oscuro y tranquilo además de con analgésicos (por ejemplo paracetamol).

En alguna ocasión los niños antes de empezar el dolor pueden ver manchas negras, tener hormigueo o pérdida de fuerza en brazos y piernas, es lo que se llama Aura. 

Una crisis de migraña puede aparecer sin más, pero también pueden desencadenarse por diferentes estímulos, como el ejercicio intenso, ayuno, exposición al sol, estrés, algunos alimentos (más típico en adultos) o cansancio, entre otros.

Cefalea Tensional

La Cefalea tensional también es un dolor de cabeza recurrente, que aparece varios días a la semana y muchas veces se hace crónico (ya que pueden referirlo a diario). El dolor es menos fuerte que el de la migraña por lo que no suele interferir en la actividad del niño, pero es continuo, localizado en la frente o en toda la cabeza (lo suelen describir como llevar una cinta o un casco ajustado), puede durar horas y no cede hasta que el niño se acuesta y duerme, o si se le da un analgésico.

En ocasiones los niños pueden presentar una mezcla de ambas, de tensional y migraña.

Como hemos visto, dada la frecuencia con que aparece y en ocasiones su intensidad, es normal que los padres se preocupen por saber si la causa del dolor está originada por una enfermedad o lesión cerebral, que son poco frecuentes en relación con el total de las cefaleas. 

La mayoría de las veces, a partir de los comentarios de los padres o del propio niño acerca del tipo de dolor junto con una exploración minuciosa, es suficiente para llegar al diagnóstico. Sólo en un pequeño porcentaje de ocasiones se planteará practicar alguna prueba, dependiendo de la causa que se sospeche.

Como pediatras, también nos preocupa  la presencia de cefaleas en algunos niños que pueden presentar un trastorno del comportamiento (TDAH , síntomas depresivos, ansiedad, etc.) y también en los casos de Maltrato infantil, por lo que debemos de estar siempre alertas ante la presencia de este síntoma.

Entonces, ¿Cuándo debe preocuparnos un dolor de cabeza?

  • Si el dolor de cabeza cada vez es más frecuente o más fuerte, especialmente en menores de 5 años
  • Si siempre le duele mucho en el mismo punto.
  • Si se acompaña de vómitos al despertar, o mareos, síncopes
  • Si el dolor de cabeza ha cambiado respecto al que ya tenía. 
  • Si empeora mucho con la tos o cambios de postura.
  • Si se altera de manera importante el carácter en el niño.
  • Alteraciones en la conducta, cambios de carácter, pérdida de peso 
  • Cefaleas que aumentan con, ejercicio, tos o cambios posturales 
  • Focalidad neurológica: Torpeza de movimientos, perdida de fuerza o sensibilidad  en alguna parte Del cuerpo…
  • Cefaleas persistentes que no responden al tratamiento 
  • Cefaleas asociadas a otras patologías
  • Si lo despierta habitualmente por la noche. 

En estos casos será conveniente la valoración por parte del pediatra. 

 Y debemos consultar en un servicio de urgencias de forma inmediata:

  • Si el dolor es muy fuerte y no cede con el tratamiento habitual.
  • Si al niño le cuesta andar, hablar, no ve bien, no tiene fuerza en brazos o piernas, o con tendencia a dormirse.
  • Si tiene fiebre, con mucho dolor de cabeza y vómitos.

¿Y qué podemos hacer para tratar el dolor de cabeza?

La mayoría de las veces se soluciona con descanso, aunque si es muy fuerte como en el caso de las migrañas, sería conveniente el reposo en un lugar oscuro y tranquilo y un analgésico como el paracetamol o el ibuprofeno.

También puede ser útil saber qué factores pueden desencadenar el dolor e intentar evitarlos o minimizarlos, así como tener unas rutinas bien establecidas, dormir las horas adecuadas y una correcta alimentación. 

 

Dra. Rosa M. Rovira.
Consulta Neuropediatria

Covid-19 y Asma

Covid-19 y Asma

El asma es una de las principales enfermedades respiratorias en todo el mundo y dado que el SARS-CoV-2 es un patógeno respiratorio, es importante cuantificar el riesgo que la pandemia actual de COVID-19 puede representar para los pacientes con asma.

El niño asmático no tiene mayor riesgo de contagio de Coronavirus, por lo que se recomienda seguir las mismas recomendaciones que el resto para evitar contagiarse.

Siguiendo las 3M se reduce significativamente el riesgo de infección.

  • Mascarilla
  • Manos limpias con solución hidroalcohólica/jabón.
  • Mantener la distancia social

Además, es importante seguir las siguientes recomendaciones:

  1. Administrar el tratamiento de base pautado por el neumólogo de forma rigurosa para tener un buen control del asma y prevenir las exacerbaciones.
  2. La vacuna de la gripe cuando se inicie la campaña de vacunación, incluido grupo familiar.
  3. Evitar la exposición al tabaco.

El adecuado tratamiento del asma puede evitar visitas innecesarias al médico y, por lo tanto, reducir el riesgo de exposición al virus.

La mayoría de los niños con enfermedades respiratorias crónica leve -moderada deben acudir a la escuela. 

¿En qué casos no se recomienda asistir al colegio?

Los Niños con enfermedades respiratorias graves por el riesgo que supone estar expuesto a infecciones víricas:

  • Prematuros con displasia broncopulmonar durante los 2 primeros años de vida
  • Niños con patología neuromuscular grave dependientes de ventilación mecánica

Se consideran de mayor riesgo y por ello precisan una decisión individualizada todos los pacientes que presentan: 

  • Una función pulmonar reducida
  • Los pacientes que precisan oxígeno de forma continua o intermitente, todos los días
  • Los pacientes que precisan ventilación mecánica invasiva o no invasiva, durante todo el día o parte del mismo (excluyendo trastorno respiratorio en sueño en niños por lo demás sanos)
  • Los pacientes pediátricos traqueotomizados y/o con enfermedades graves de la vía aérea (malacias y estenosis)
  • los pacientes en espera de trasplante de pulmón o trasplantados

En un reciente estudio, realizado en el Hospital de Vall d’Hebron, se concluye que los el asma podría ser un factor protector frente a la infección por el virus SARS-CoV-2, especialmente en pacientes asmáticos con fenotipo T2. Solo el 3,2 % de los pacientes hospitalizados con enfermedad grave tenían asma, una prevalencia inferior a la de la población general, que ronda el 6 %. Resultados esperanzadores, aunque todavía se han de confirmar, como tantas cosas con este virus.