“Doctor, a mi hija le he dado Paracetamol porque tenía fiebre y lo ha vomitado. ¿Se lo puedo volver a dar?”

Esta consulta me acaba de llegar por mail y, es bastante frecuente en nuestra consulta, así que vamos a intentar darle respuesta.

Desde el momento en que damos un medicamento a vuestro hijo, la mayoría de los padres, piensan o saben que lo va a rechazar y que tarde o temprano lo escupirá o vomitará. En estas situaciones la mayoría de los padres, tienen dudas sobre cómo actuar.

Si vomita la medicación, son tres las principales causas que lo originan:

  • NO LE GUSTA EL SABOR O TEXTURA: Es la más frecuente. A pesar del sabor agradable que intentan presentar, en muchas ocasiones el niño no lo tolera, simplemente porque no le gusta. Se puede intentar cambiar de sabor, pero en muchas ocasiones no funciona este remedio.
  • EL NIÑO ES PROPENSO AL VOMITO: 
    • Los Recién Nacidos y Lactantes son propensos al vómito
    • Si vomita porque precisamente esa era el motivo de llevarlo al médico y parece que está empezando con una gastroenteritis, en este caso, quizás nos debamos plantear desde el principio la vía rectal.
    • Si vomita porque tiene mucha tos, “lo echa todo con los golpes de tos”: en este caso debemos intentar crear las condiciones óptimas para que no ocurra. Es decir, hacer los lavados nasales previos a la toma del medicamento y nunca tras la toma de este. A veces en estos casos, y aunque la tos suele ser un me
  • EL NIÑO ES INTOLERANTE A ALGÚN COMPONENTE: Puede que nuestro hijo sea intolerante a algún ingrediente del medicamento y esto le haga reaccionar a su estómago y vomitar lo que ha ingerido. En este caso, el pediatra os indicará que hacer.

¿Y UNA VEZ QUE LO HA VOMITADO? 

Lo primero que debemos de tener claro es si el medicamento CURA o ALIVIA.  En el caso de medicamentos que alivian, como en el caso de las infecciones víricas, estos no van a acelerar el proceso de curación, por lo que son totalmente prescindibles. Por lo tanto, se puede evitar volver a administrarlos si no le gustan. 

El consumo de los medicamentos que alivian síntomas molestos, como en el caso de los mucolíticos, antitusivos y antihistamínicos, es más discrecional, si bien es cierto que algunos pueden evitar complicaciones. Esto significa que, si el niño vomita una dosis, los padres pueden esperar un tiempo prudencial para darle una segunda dosis.

Cuando no tomarse el medicamento puede suponer un riesgo importante para la salud del bebé, es decir CURAN, debemos garantizar que lo tome. Si es imposible deberemos administrarlo por otro camino diferente a la boca. Muchos de estos medicamentos se pueden administrar por una vía intravenosa. Cuando es imposible que los tome de otra forma y son realmente necesarios para curar al bebé esto puede implicar que debemos de ingresarle en un hospital.

¿HAY QUE REPETIR LA DOSIS?

Como regla general: 

  • Si el vómito ha sido inmediatamente tras tomar la medicina o han pasado menos de 15 minutos (en estos casos si el medicamento es de color se suele ver incluso en el vómito) podemos repetir la dosis completa.
  • Si han pasado entre 15-30 minutos, asumimos que parte del medicamento se ha absorbido y podemos repetir la mitad de la dosis.
  • Si han pasado entre 30-60 minutos o más, asumimos que el medicamento se ha absorbido prácticamente por completo y NO repetiremos la dosis. Si al recoger el vómito observamos que el vómito está parcialmente teñido del medicamento, lo que sí podemos hacer es, adelantar la siguiente dosis. Por ejemplo, si la próxima dosis le tocaba a las 8 horas se podrá adelantar a las 4-6 horas.