EL ARSENAL DE CRIANZA QUE LOS PADRES NO ES NECESARIO QUE TENGAN (PARTE III)

COLLARES ÁMBAR

El ámbar del mar Báltico (solo este y no el ámbar de otros lugares) lleva una sustancia, el ácido succínico, a la que se le atribuyen supuestas propiedades antiinflamatorias. Mediante el contacto y el calor de la piel, esta sustancia se liberaría del ámbar y la absorbería el cuerpo del niño. No todos los que se venden son los auténticos de ámbar del mar Báltico. Muchos son cuentas de plástico de aspecto similar o como mucho de ámbar de otros lugares.

Los vendedores de collares de ámbar afirman que la FDA ha aprobado el uso del ácido succínico en EEUU. Y es cierto, se ha aprobado su uso porque su consumo es seguro, por ejemplo en la industria alimentaria (como aditivo E-363) pero en ningún caso la FDA afirma que el ácido succínico tenga propiedades terapéuticas. 

No está para nada demostrado cómo alivia el dolor. Los argumentos NO suelen ser medicina científica. El único estudio en que se basan sus defensores es antiguo (2003) y hecho en ratones. Buscaban el efecto de disminuir la ansiedad (no el dolor) del ácido succínico comparado con un tranquilizante (diazepam) que en niños no se usa. De hecho, existen diversos estudios que demuestran que:

  • No disminuye el dolor ni la inflamación.
  • No se libera de las cuentas de los collares al calentarse ni por contacto con la piel. Por tanto, no se absorbe a través de la piel.
  • No tiene ningún beneficio en la dentición.

¿Los collares de ámbar tienen riesgo para los bebés?

Evidentemente sí. Al igual que otros tipos de collares, tienen riesgos que pueden ser graves para los bebés:

Estrangulamiento: Si el niño tira de él o se engancha con algún objeto, es posible que le corte la respiración y le ahogue. Es un riesgo ponerlo en el cuello.

Asfixia: si se rompe y se suelta alguna cuenta. Puede pasar a la boca o ser aspirada por la nariz obstruyéndole la garganta y también puede ahogarle. Que las cuentas estén anudadas por separado no es suficientemente seguro. 

Al llevarse durante mucho tiempo, acumulan suciedad y pueden ser objeto de infección.

No debéis de pensar, eso no va a suceder con mi hijo, ya que puede suceder a cualquiera. Hemos de acostumbrarnos a prevenir y disminuir los riesgos. Si realizáis una búsqueda científica, encontraréis muchos artículos que hablan del riesgo asociado: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=amber+necklace