EL ARSENAL DE CRIANZA QUE LOS PADRES NO ES NECESARIO QUE TENGAN (PARTE II)

SATURADOR (OXÍMETRO)

El oxímetro de pulso es un pequeño aparato a pilas cuya función es medir el nivel de saturación de oxígeno en la sangre. Como los problemas respiratorios son frecuentes en niños, muchos padres consultan sobre si disponer de él o no. Personalmente, consideramos que NO, ya que el valor resultante ha de ser valorado, acompañado de otros datos como  aspecto del niño y presencia de dificultad respiratoria. Si puede estar indicado en casos de enfermedad crónica (fibrosis, asma, grava, cardiopatías, etc.), previa instrucción de los padres. 

 

 

 

COJINES PLAGIOCEFALIA

Los recién nacidos suelen pasar gran parte del día dormidos, tumbados boca arriba. Suelen apoyar su cabeza casi siempre del mismo lado, lo que puede llevar a que sus huesos  blandos y moldeables, acaben aplanándose dando lugar a la plagiocefalia postural. Este efecto ha aumentado al recomendar que los niños duerman boca arriba, para evitar el Síndrome de Muerte súbita del Lactante.

En la mayoría de los casos,  la plagiocefalia, solo supone un problema estético. De hecho, algunos niños ya nacen con plagiocefalia, por la postura durante la gestación. 

La plagiocefalia no afecta al crecimiento del cerebro ni al desarrollo mental del niño y la realidad es que cuando el bebé deje de pasar tiempo tumbado, irá mejorando sola.

No hay evidencia científica que demuestre que el uso de estas almohadas sea útil para prevenir o tratar la plagiocefalia, además,  no se deben usar almohadas ni cojines durante el primer año de vida, ya que aumentan el riesgo de muerte súbita.

Los cambios posturales constituyen la clave para corregirla. Solo en casos muy específicos son necesarias otras pruebas diagnósticas y tratamiento. 

ÁRNICA

A nivel de medicina natural, el árnica se suele macerar con aceite de oliva y se usa como antiinflamatorio en torceduras y golpes leves. También en la raíz de la planta hay una sustancia, el timol, que se usaba como fungicida y vasodilatador. Aunque no está comprobado, pero parece que activa una vasodilatación y reabsorbe el hematoma. 

Su efectividad es muy pequeña, y puede emplearse para pequeñas torceduras o hematomas que no tengan mucha trascendencia. Para grandes golpes o hematomas su efectividad es muy dudosa.

Tiene efectos secundarios a nivel del sistema nervioso y del digestivo. Por eso está contraindicada su ingesta, o bien el ser utilizada en partes cercanas a las mucosas (la zona de alrededor de la boca o de los ojos), y puede provocar efectos secundarios neurológicos bastante importantes. 

La intoxicación con árnica, sobre todo en dosis altas, puede provocar, en efecto, irritación de las mucosas gástricas, trastornos digestivos acompañados de vómitos o diarreas, pero también alteraciones nerviosas, vértigo, alucinaciones, disnea y fallos cardíacos.