NUEVAS FORMAS DE FUMAR EN ADOLESCENTES: VAPEO Y CIGARRILLOS ELECTRONICOS

En los últimos años se está produciendo un aumento alarmante del consumo de cigarros electrónicos y de pipas de agua en adolescentes. Otro producto alternativo al cigarrillo tradicional actualmente en boga es el IQOS® (La marca más conocida es IQOS, de Philip Morris. IQOS es un acrónimo que proviene de la frase, en inglés: “I Quit Ordinary Smoking”, es decir, “Yo dejo el tabaco habitual, convencional”). Incluido en el grupo de Productos de Tabaco Calentado (PTC).

Todos ellos intentan transmitir una falsa imagen de inocuidad, pero liberan productos nocivos, pueden crear dependencia y servir como puerta de entrada al tabaquismo tradicional.

Según los últimos datos publicados por Sanidad, procedentes de la encuesta ESTUDES, una encuesta bianual que tiene como finalidad conocer la situación sobre tendencias, consumo de drogas y otras adicciones entre los estudiantes de enseñanza secundaria, el cigarrillo electrónico cada vez se usa más, está de moda entre los más jóvenes.

  • En España, la prevalencia de consumo de cigarrillos electrónicos en los estudiantes de 15 y 16 años fue del 42% alguna vez en la vida (dato ligeramente superior a la media europea), y del 9,4% en los últimos 30 días, (valor 5,6 puntos porcentuales por debajo de la media europea). Respecto al sexo, el consumo de cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días fue mayor en los hombres (11%) que en las mujeres (7,9%). En la encuesta anterior, en 2016, el porcentaje de consumo era de un 20%: el incremento es del 140%.
  • Solo una minoría ha recurrido al cigarrillo electrónico para reducir su consumo de tabaco o para dejar de fumar: eso quiere decir que la mayoría recurre a estos dispositivos por gusto, porque se han aficionado al vapeo.
  • Esto explica también que los dispositivos más consumidos son los que no contienen nicotina.
  • Quienes han usado cigarrillos electrónicos alguna vez manifiestan una menor percepción de riesgo asociado al consumo de tabaco o de cannabis que quienes que nunca han vapeado. Además, los adolescentes consumidores de cigarrillos electrónicos consideran que es fácil acceder también al tabaco o al cannabis.

Muchos padres desconocen como funcionan estos sistemas, pensando que solo se inhala vapor de agua el cual es luego inhalado. Pero en verdad, lo que producen los cigarrillos electrónicos es un aerosol de diminutas partículas, lo cual es distinto a lo que se entiende por vapor. Vamos a intentar resumir los conceptos fundamentales, sobre estas nuevas formas de tabaquismo. 

¿CÓMO FUNCIONAN?

En los cigarrillos electrónicos se produce un aerosol por el calentamiento de una cápsula con líquido que suele, aunque no siempre, contener nicotina, junto con saborizantes y otras sustancias químicas que pueden tener también efectos tóxicos.

Los PTC son dispositivos que utilizan una batería para calentar un “cigarrillo” de tabaco prensado, sin alcanzar la temperatura de combustión, por lo que producen menos sustancias tóxicas que el cigarrillo tradicional, pero no están libres de ellas. Mantienen un elevado riesgo de adicción a la nicotina y además pueden contribuir a una “renormalización” del consumo de tabaco.

En las pipas de agua, cachimbas o shishas, se usa una mezcla con aromas, saborizantes, conservantes y algún aglutinante, que puede contener o no tabaco, se quema con carbón vegetal y el humo se hace pasar por un recipiente con agua antes de ser aspirado. El hecho de que el humo del tabaco pase a través del agua no elimina el efecto dañino o adictivo de sus componentes, incluido el de la nicotina. Además, la combustión del carbón aumenta la exposición al monóxido de carbono.

¿QUÉ HAY EN EL AEROSOL (“VAPOR”) DE UN CIGARRILLO ELECTRÓNICO?

Es importante recalcar que todos los dispositivos contienen nicotina. Hay evidencia que indica que la nicotina causa daño al desarrollo cerebral de los adolescentes. Si se usa durante el embarazo, la nicotina también puede causar nacimientos prematuros y bebés con bajo peso al nacer.

Además de la nicotina, los cigarrillos electrónicos y el “vapor” (aerosol) de los cigarrillos electrónicos contienen propilenglicol y/o glicerina vegetal. Se trata de sustancias utilizadas para producir niebla escénica o teatral, la cual se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias después de la exposición concentrada.

Además, los cigarrillos electrónicos y el vapor de estos pueden contener los productos químicos o las sustancias enumeradas a continuación.

  • Compuestos orgánicos volátiles (VOC): en ciertos niveles, los VOC pueden causar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, dolores de cabeza y náuseas, y pueden causar daño al hígado, el riñón y el sistema nervioso.
  • Productos químicos saborizantes (menta, fresa, tutti frutti, sandía, etc.): Algunos saborizantes son más tóxicos que otros. Los estudios han demostrado que algunos de los sabores contienen diferentes niveles de un químico llamado diacetilo que se ha relacionado con una enfermedad pulmonar grave llamada bronquiolitis obliterante.
  • Formaldehído: esta es una sustancia causante de cáncer que puede formarse si él e-líquido se sobrecalienta o no alcanza el elemento calefactor (conocido como «dry-puff»).

QUE ES EL CIGARRILLO ELECTRÓNICO

Según las directivas existentes, se trata de un Dispositivo Susceptible de Liberación de Nicotina (DSLN), que consiste en “un producto o cualquiera de sus componentes, incluidos los cartuchos y el dispositivo sin cartucho, que pueda utilizarse para el consumo de vapor que contenga nicotina a través de una boquilla. Los cigarrillos electrónicos pueden ser desechables, recargables mediante un contenedor de carga, o recargables con cartucho de un solo uso”.

 El cigarrillo electrónico está constituido básicamente por tres elementos: batería (mod), atomizador y cartucho. El cartucho está cargado con un líquido que puede llevar o no nicotina a diferentes concentraciones, saborizantes (tabaco, menta, frutas, canela) y diversos aditivos, sobre una base de propilenglicol y glicerina vegetal. Cuando el sujeto “vapea” y la batería entra en funcionamiento, se calienta la resistencia del atomizador y el líquido de su interior se convierte en vapor, sin combustión. Por eso, consumir cigarrillos electrónicos recibe el nombre de “vapear”.

  ¿QUÉ SON LOS PRODUCTOS DE TABACO CALENTADO?

Los PTC no son cigarrillos electrónicos, sino productos que calientan el tabaco para liberar nicotina. A diferencia de ellos, los cigarrillos electrónicos calientan líquidos que pueden contener o no nicotina, y en la mayoría de los casos no contienen tabaco.

Los PTC utilizan una batería para calentar un “cigarrillo” de tabaco prensado a temperaturas entre 300-350 °C, sin quemarlo, ya que la combustión se produce a 800-900 °C, por lo que, en principio, producen menos sustancias tóxicas. En el aerosol de IQOS se detectan, en general, sustancias tóxicas en menor cantidad y concentración que las detectadas en el humo del cigarrillo convencional, pero con niveles preocupantes de algunos componentes, especialmente acroleína

¿QUÉ SON LAS CACHIMBAS O PIPAS DE AGUA?

Las cachimbas, también conocidas como shishas, narguiles o pipas de agua, son una alternativa al hábito tabáquico tradicional. La cachimba no es un invento reciente. Nació en la India a mediados del siglo XVI e históricamente ha sido utilizada desde el siglo XVI-XVII como manera habitual de socialización por los pueblos de Oriente Medio y Mediterráneo Oriental (norte de África), especialmente dentro de la cultura árabe.

 El tabaco de shisha puede contener o no nicotina y se completa con conservantes, aromas, aglutinantes o algún tipo de plantas. El tabaco suele estar en su mayoría edulcorado con variados sabores, a menudo infantilizados para captar a la población más joven (menta, fresa, tutti frutti, sandía, etc.), aunque también se puede fumar tabaco no edulcorado.

Puede ser una puerta de entrada para el consumo otras sustancias, ya que la cachimba se presta a la posibilidad de mezclar sus componentes. El tabaco aromatizado tiene el riesgo de poder mezclarse con otro tipo de drogas ilegales (como marihuana) y, por otro lado, se puede utilizar otro líquido diferente al agua, como bebidas alcohólicas, que funcionen de filtro.

Tanto las boquillas compartidas para fumar como el tubo son potenciales transmisores de enfermedades infectocontagiosas. Si bien la gente cree que por utilizar boquillas desechables está exento de transmisión de enfermedades, se ha demostrado que el tubo también es un potencial transmisor de enfermedades infecciosas, como hepatitis, herpes o tuberculosis.

Tras una sesión de 20-30 minutos de cachimba, se inhalan casi 10 l en humo condensado frente 300-500 ml de humo de un cigarrillo. Una sesión de 45-60 minutos de cachimba equivale a 100 cigarrillos en volumen de humo.

 

BIBLIOGRAFIA

  1. Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) 1994-2018 Consultado en agosto 2021. https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/ESTUDES_2018-19_Informe.pdf?_ga=2.66949678.1038291352.1629044024-761741305.1629044024.
  2. https://www.cancer.org/es/saludable/mantengase-alejado-del-tabaco/vapeo-y-cigarrillos-electronicos/que-sabemos-acerca-de-los-cigarrillos-electronicos.html.
  3. Informe sobre los cigarrillos electrónicos: situación actual, evidencia disponible y regulación 2020 [en línea] [consultado el 15/08/2021]. En: Dirección General de Salud Pública. Ministerio de Sanidad. Disponible en: www.mscbs.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/tabaco/docs/InformeCigarrilloselectronicos.pdf.
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